Los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) son productos que utilizamos diariamente y que están compuestos por diversas piezas o elementos que requieren corriente eléctrica o campos electromagnéticos para funcionar, realizando una variedad de tareas y funciones específicas. Cuando sus propietarios deciden que ya no les son útiles y los descartan, se convierten en residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
La producción y el consumo de dispositivos eléctricos, electrónicos e informáticos, así como sus combinaciones, aumentan debido al actual modelo socioeconómico de crecimiento ilimitado y al consumismo, impulsado por los rápidos avances científicos y tecnológicos de la sociedad moderna.
Esta situación impacta el ciclo de vida de estos productos, provocando la explotación descontrolada de materias primas, el consumo de energía mayoritariamente de fuentes fósiles y la generación de residuos, lo que amenaza la sostenibilidad ambiental del planeta y puede afectar la salud y la vida de todos sus habitantes.
La rápida innovación tecnológica y la reducción de la vida útil de los aparatos, entre otros factores, contribuyen a que estos residuos sean una de las corrientes de mayor crecimiento a nivel mundial, tanto en países industrializados como no industrializados, con una tasa de crecimiento anual global del 5%. En Colombia, la generación de RAEE domésticos en 2014 se estimó en 252.000 toneladas, lo que equivale a 5,3 kg por habitante (Baldé, Wang, Kuehr, & Huisman, 2015).
¿Cómo se clasifican?
La categorización de los AEE más comúnmente utilizada desde la perspectiva comercial se relaciona con los electrodomésticos, aquellos que facilitan o realizan tareas domésticas. Estas categorías incluyen la línea blanca, línea marrón, línea gris y pequeños electrodomésticos.
Por otro lado, la Directiva de la Unión Europea 2012/19/UE, que entrará en vigor a partir del 15 de agosto de 2018, clasifica los AEE en seis categorías basadas en las posibles fracciones de recolección y separación de los RAEE. Estas categorías son: aparatos de intercambio de temperatura, pantallas y monitores, lámparas, grandes y pequeños aparatos, y aparatos de informática y telecomunicaciones.
En términos generales, se pueden distinguir dos grandes grupos: los AEE domésticos o de consumo masivo y los especializados o de uso industrial.
La presencia de metales pesados, contaminantes orgánicos persistentes, retardantes de llama y otras sustancias peligrosas en los RAEE constituye un riesgo para la salud humana y el medio ambiente si estos residuos no se gestionan de manera adecuada.
Existen tres principales fuentes de sustancias preocupantes que pueden liberarse durante la recuperación de materiales y el reciclaje de los RAEE: los componentes originales de los equipos, como plomo, cadmio y mercurio; las sustancias añadidas durante ciertos procesos de recuperación, como el cianuro; y las sustancias no intencionales que pueden formarse durante estos procesos, como dioxinas y furanos (Lundgren, 2012).
Además, la contaminación ambiental resultante de la extracción inadecuada de materiales aprovechables de los RAEE puede llevar a exposiciones indirectas para las personas que viven o permanecen cerca de los sitios donde se manipulan estos residuos, debido a la contaminación del suelo, aire y agua.
Política Nacional Para La Gestión Integral de RAEE
En 2017, el Gobierno Nacional, liderado por el MADS, formuló y promulgó la Política Nacional de RAEE. Esta política incorpora los principios, objetivos, componentes y acciones establecidos por la Ley 1672 de 2013, considerando la situación y dinámicas actuales de los RAEE en Colombia y el mundo.
La Política Nacional se basa en un objetivo general y cuatro objetivos específicos, desarrollados a través de un plan de acción de quince años, con las siguientes estrategias:
- Sensibilización y educación sobre la producción y consumo responsable de aparatos eléctricos y electrónicos, para extender su vida útil y promover medidas de eco-diseño.
- Desarrollo y establecimiento de instrumentos para la recolección y gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
- Transferencia tecnológica y desarrollo de infraestructura ambientalmente segura para el aprovechamiento de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
- Conformación de esquemas de trabajo conjunto entre el sector privado y alianzas público-privadas para promover la gestión integral de los RAEE.
Un sistema de recolección y gestión de RAEE es una estructura legal y logística que incluye cuatro componentes principales: 1) las normas que regulan el sistema; 2) las áreas operativas de recolección y procesamiento de los RAEE; 3) la financiación del sistema; y 4) el control del flujo de los RAEE dentro y fuera de la jurisdicción del sistema.
Según la legislación colombiana (Ley 1672 de 2013), los sistemas de recolección y gestión de RAEE son responsabilidad de los productores (fabricantes e importadores de AEE), con el apoyo de los comercializadores y la participación de los consumidores. Hasta ahora, se han regulado tres categorías de RAEE bajo sistemas de recolección selectiva:
- Computadores y periféricos (Resolución 1512 de 2010)
- Lámparas/bombillas ahorradoras (Resolución 1511 de 2010)
- Pilas y acumuladores portátiles (Resolución 1297 de 2010)